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La tentación del dinero, la homofobia, interpretación a modo de los Evangelios, los celos y la venganza son los ingredientes fundamentales de esta novela, que cuestiona abiertamente el conflicto de poder entre la justicia civil del hombre y la ambición del clero secular y las congregaciones religiosas.
En el monasterio jesuita de Acamoyán se comete el asesinato de una joven mujer, integrante de la Pastoral Juvenil. Aristeo Ribal, sacerdote con vuelos de detective, es comisionado para descubrir al asesino antes de que se haga pública la noticia del crimen. Sólo cuenta con 48 horas para resolver el acertijo; entre los sospechosos se cuentan los insignes jesuitas encargados del monasterio y un grupo de jóvenes dispuestos a cuestionar incluso los preceptos divinos —todos con más de una historia que esconder.
El orden mata refleja de manera fidedigna los laberintos teológicos usados para encubrir y soslayar las fechorías de sacerdotes poco comprometidos con la palabra de Dios, da cuenta de cómo las pasiones humanas sobrepasan, por mucho, la condición de hombre de Dios y cómo se traicionan los compromisos divinos adquiridos al recibir el sacramento del sacerdocio.
Acerca del autor:
Alejandro Villagrán nació en la ciudad de México, en mayo de 1967. Estudió Odontología en la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde cursó también estudios de Psicología y Letras. Obtuvo la beca Jóvenes Creadores de Conaculta en la especialidad de Novela, 2001-2002. Finalista en el Certamen Nacional de novela negra “Una vuelta de tuerca”, Querétaro, 2007. En el año 2000 funda y dirige hasta el 2006 Omega Ediciones. Desde el 2001 es maestro de Creación Literaria en la Casa Universitaria del Libro, UNAM. Tiene varias publicaciones de cuento en libros y revistas; asimismo se ha especializado en crítica literaria, dictamen de obra y reseña. Es autor de Andreo, hijo de Dios (La escritura invisible 32).
- Un libro IMPRESO
- Formato 13.5 x 21 cm
- 252 páginas impresas en blanco y negro
- Fina encuadernación en tapa suave
- Primera edición, año 2012
- ISBN: 978-607-7616-87-0, 9786077616870
- Autor: Alejandro Villagrán
- © Editorial Terracota
- Miércoles 19 de diciembre de 1997. Ulises Yllán llevaba mucho tiempo despierto; sumido en la oscuridad de su habitación lidiaba con la redacción mental del mensaje que le haría llegar más tarde a Ireneo, su hermano. Antes de las cinco de la mañana presionó el botón que evitaría el timbre del despertador...
- Jueves 20 de diciembre de 1997. Ulises durmió mal; no obstante, a pesar del cansancio despertó a la hora de costumbre y realizó sin contratiempos su rutina...
- Viernes 21 de diciembre de 1997. La tranquilidad de contar con lugar seguro en el monasterio de Acamoyán le permitió dormir a profundidad, aunque despertó, como siempre, a las cinco de la mañana. Se sentía despejado...
- Sábado 22 de diciembre de 1997. Ulises pretendía pasar el sábado entero en oración, dedicado a las reflexiones de su proyecto profesional y futuro. Pero el destino le tenía preparado tres encuentros inesperados que cambiarían su futuro...
- Domingo 23 de diciembre de 1997. A las siete y media de la mañana llegaron los hermanos Aguayo. A las ocho, Diego y detrás de él, Sonia. A los quince minutos apareció Andrea, quien cargaba una maleta tan gorda que daba la impresión de ser suficiente para varias semanas...
- Martes 25 de diciembre de 1997. El 25 de diciembre, antes de las cinco de la mañana, Ulises ya traía puesta la sotana y el alzacuellos, cosa poco común en él, pero había decidido usarla aquel día...
- 25 de diciembre de 1997. Unas horas después del asesinato. El padre Perezpalacios, Provincial de la Compañía de Jesús, después de escuchar sorprendido la rápida narración de los hechos que por teléfono le hizo el Superior del monasterio de Acamoyán, quedó convencido de que los próximos días serían de intenta labor...
- Dos semanas después de asesinato. El fuerte resplandor del sol obligó a Ireneo Yllán a contraer los músculos de su cara. Con la mano derecha talló sus ojos para acostumbrase a la claridad y de inmediato percibió el inconfundible olor salino del mar...
- Tres meses después del asesinato. Rubén Arándano había seguido con profundo interés y dolor el escueto curso periodístico del caso de Sonia...
